Ponentes: SIGIFREDO MARTIN, VICENTE TABERNA (arquitectos) y GREGORIO URDANIZ (sociólogo),
De nuevo, la vivienda. Derecho humano a disponer de una vivienda digna y adecuada reconocido en la Constitución, pero lejos de resolverse en sociedades opulentas como la nuestra que han logrado avances sustanciales en la cobertura de otras necesidades como las de educación y salud.
Conviene no confundir la demanda con la necesidad, pero la dificultad de acceso a la vivienda vuelve a aparecer en los sondeos de opinión como una de las cuestiones que más preocupan a nuestros conciudadanos. El precio de la vivienda en nuestro pais creció un 40 % en los cinco años que van de 1996 a 2000. Y en Pamplona, nuestra ciudad, el precio de la vivienda nueva aumentó un 17,3 % el pasado año 2001, más de 8 puntos por encima del precio promedio en las capitales de provincia. El esfuerzo de una familia de ingresos medios para adquirir una vivienda de precio medio se situa en el 40 % de su renta. La oferta de Vivienda de Protección Oficial es corta y cada vez que se anuncian promociones se forman larguísimas filas de demandantes. Todavía más escasa es la oferta de vivienda en alquiler a precio asequible. Frente a esta situación social grave claman las decenas de miles de pisos desocupados, la especulación que unos pocos hacen con el suelo, y la especulación demasiado frecuente de quines descalifican su vivienda de VPO no por necesidad, sino por hacer negocio.
Ninguna política de vivienda puede diseñarse ya al margen de la planificación urbana, la ordenación del territorio, y las políticas de ciudad. Hay que repensar el derecho de propiedad del suelo y de la vivienda, y conseguir que las leyes y las intervenciones públicas consideren la función social de la propiedad. Pero también hay que definir y gestionar un modelo de ciudad relacional, equilibrado y sostenible. No se trata de liberalizar y aumentar más y más el suelo edificable, porque todos vemos que el mercado del suelo está en manos de unos pocos que fijan los precios y determinan la salida de lotes al mercado cuando les conviene. Lo que es preciso es rehabilitar, y delimitar el suelo atendiendo al equipamiento necesario, buscando el equilibrio territorial, generando las menores necesidades de nuevas infraestructuras, evitando en lo posible la colonización y agresión del espacio no urbanizado.