Estamos atravesando un tiempo eclesial novedoso e interesante. El camino sinodal está siendo una propuesta que nos obliga a responder cómo podemos trasparentar al Dios trinitario en medio de un mundo que está en pleno cambio de época. Además, el papa Francisco desde el comienzo de su pontificado señaló su deseo de que la iglesia fuera «pobre y para los pobres». Sin embargo, la esperanza de poner en el centro a las pobrezas, a los pobres o la posibilidad de continuar con el camino sinodal desde esa perspectiva topa con grandes frenos y dificultades que hacen que hasta la propia propuesta pudiera sonar ingenua e inalcanzable.
Sin embargo, es el mayor reto que sigue lanzándonos el evangelio. Su radicalidad no deja dudas. El camino del seguimiento hay que recorrerlo desde la perspectiva de las personas consideradas últimas. De ahí que debamos seguir pensando en las ultimidades, en los sistemas sociales de descarte y en una sociedad que, a menudo, es indiferente frente al dolor ajeno.
Es tiempo también de ver cómo podemos enlazarlo con el desafío ecosocial que nos presenta el calentamiento global. De modo que reflexionar sobre estas cuestiones nos obliga a rebuscar teológicamente en la tradición profética y sapiencial, pero también en la propuesta que abre el Reino ofrecido por Jesús de Nazaret como visión de un mundo políticamente más justo y vivible.
La ponente ofrece una serie de bibliografía recomendada.
El miércoles siguiente a la conferencia se realiza un encuentro participativo con todas las personas interesadas. Puede verse este resumen previo de la conferencia y la invitación a la tertulia