Después de la crisis económica y la crisis migratoria, Europa necesita volver a ser pensada y el correspondiente impulso político. No se trata solo de avanzar en la línea de “más Europa”, como suele decirse, sino de una mejor Europa, lo que podría concretarse en estos tres grandes asuntos:
- Cómo pensamos la soberanía en Europa para poner en juego la voluntad común.
- De qué modo una Europa social puede realizar satisfacer el deseo de protección de una ciudadanía que se siente a la intemperie tras el embate de la crisis y en medio de las nuevas realidades que inaugura la globalización.
- Cómo creamos formas de convivencia que permitan una mejor gestión de la diversidad.