Nadie duda que nuestra RELIGIÓN es la cristiana o, más exactamente, la católica. Pero ¿nuestra forma de vivir es el del EVANGELIO? Del tema de la religión, nadie duda (porque lo acepta, le resulta indiferente o lo rechaza. Sin embargo, ¿qué pasa con el Evangelio? Nuestras vidas, nuestras costumbres, las convicciones que determinan nuestra vidas, nuestras conductas, la sociedad, la cultura, las leyes, la familia, la autoridad….., todo, todo, está configurado por la religión.
¿ Está igualmente configurado por el Sermón del Monte, por la vida que llevó Jesús, por su discurso del juicio final (Mt 25, 31-46), por su pasión y por su muerte? En la Iglesia ha ocurrido (y sigue ocurriendo) algo muy gordo. Porque ni siquiera nos solemos plantear este problema. Y mucho menos, caemos en la cuenta de su hondura, su razón de ser y sus consecuencias.