La espiritualidad cristiana es un camino de seguimiento, de sabiduría y de liberación. Pese a eso, la sospecha de que la experiencia contemplativa, la mística, abandona la lucha por la justicia es antigua. De la mano de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz se puede ver que no es cierto.
Una experiencia espiritual auténtica abre lo mejor de nosotros y puede hacer más sólidas y profundas las raíces para luchar contra la injusticia, y abrir un horizonte más amplio de fraternidad, confianza y alegría.
Desde la experiencia de vida contemplativa, veremos cómo se vive la lucha por la justicia, cómo se sirve y participa en el trabajo por hacer un mundo mejor.