Vivimos un clima de desconfianza y de nostalgia, que cuestiona, hoy, la capacidad de esperar; nos invaden actitudes derrotista ante el futuro y presentimientos de catástrofes económicas y financieras. ¿Podemos superar un cierto clima de impotencia, desánimo y resignación, a pesar de la inseguridad de las metas? La esperanza es la virtud más débil pero la más necesaria.
El cristianismo nació como propuesta de esperanza y se nos ha dado para los desesperanzados; podemos esperar sin metas claras, ni predicciones ciertas desde el interior de los desiertos y de los exilios pero con la sensibilidad abierta hacia el futuro de Dios, de la tierra y de la humanidad ¿Cómo se construyó la esperanza cristiana en el interior del movimiento de Jesús? Cuáles fueron las experiencias que fundaron un modo de caminar esperanzadamente en la oscuridad?