Las postrimerías del siglo XX supusieron un punto de inflexión en la historia del pensamiento social: con la implosión del socialismo de planificación centralizada y la confirmación de que el mercado es una institución necesaria para la prosperidad económica, se extendió la idea de que el capitalismo era la única opción razonable para todos y cada uno de los países del planeta. Parecía que la humanidad había llegado al “fin de la historia” de los sistemas económicos. Al mismo tiempo, las más acreditadas teorías de la justicia de las últimas décadas nos permiten confirmar la intuición central del pensamiento socialista desde sus orígenes: el capitalismo no es capaz de satisfacer de manera suficiente los más básicos e innegociables principios de la justicia social –y difícilmente lo será nunca-. ¿Podrán las sociedades del siglo XXI resolver esta difícil contradicción?
Mientras el neoliberalismo ejercía su hegemonía -mucho antes de la actual crisis que lo haya puesto en evidencia- han sido varios los intentos de pensar sistemas de mercado alternativos, no capitalistas: sistemas de “socialismo de mercado”, tan eficientes como el capitalismo desde el punto de vista productivo, pero que superen sus injusticias distributivas. Sistemas que intenten hacer compatibles los ideales de libertad, igualdad, democracia, realización humana y sostenibilidad, con el progreso tecnológico, la mejora de la productividad y un nivel de crecimiento económico libremente elegido. La Democracia Económica es una sólida propuesta concreta en esta dirección.
¿Podemos hallar en nuestra realidad económica actual experiencias que apunten ya hoy hacia la Democracia Económica? ¿Son las cooperativas y las empresas democráticas, el sindicalismo, la banca ética o los movimientos de consumo responsable formas de organizar la vida económica que eviten, aunque sea de manera parcial, aquellos principios que hacen del capitalismo un sistema injusto? ¿Es posible articular todas estas realidades en un único “mercado social”? ¿Tiene sentido entender estas experiencias como el embrión de un sistema económico alternativo?