Ha cambiado el sentido de la paz. Durante siglos se pensó que era la consecuencia de la guerra. No de cualquier guerra, ciertamente, sino de la “guerra justa”. Esa extraña relación entre guerra y paz se debía a que la humanidad aceptaba como natural el recurso a la violencia. Si ésta formaba parte de la condición humana, lo único que cabía era “humanizarla”, de ahí la sentencia de San Agustín: “si quieres la paz, prepara la guerra”. Hoy, como bien decía Francisco en Fratelli Tutti, no hay guerra justa pues cualquiera de ellas produce más destrozos que los que pudiera evitar. Lo que pretendo en mi intervención es recuperar tradiciones de pensamiento que se plantean la paz no como resultado de una guerra sino consecuencia de proyectos pacíficos. Hablaré de Santo Tomas, que remitía la paz a una política basada en la amistad (y no en el interés nacional); de  Enmanuel Kant que, para acabar con la causa mayor de la guerra (el nacionalismo), hablaba de una “Federación de Pueblos” y, también, de Enmanuel Levinas que entendía el  “no matarás” como un mandato originario anterior a toda reflexión racional o moral. Hoy no tenemos más que una alternativa: o guerra o paz.

PONENTE:

Reyes Mate, filósofo, es Profesor de Investigación ad honorem del C.S.I.C. en el Instituto de Filosofía del que fue cofundador y director. Investigador Principal del proyecto «La filosofía después del Holocausto» y Director de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía (34 vls publicados entre 1990 y el 2017).De entre sus libros, Medianoche en la historia, Trotta,  2007; Tratado de la Injusticia, Anthropos, 2011; Pensar en español, Catarata, 2021, y Torre de Babel. Más allá del nacionalismo, Trotta, 2024.. En el año 2009 fue Premio Nacional de Ensayo por su libro La herencia del olvido, Errata Naturae.  Articulista en El País, El Periódico de Catalunya y El Norte de Castilla.

Su blog: memoriaypolitica.blogspot.com.es