Hiritartasunaren eta bere eskubide sozialen gainbehera egunetik egunera handiagoa den egoeran bizi gara. Orain arteko erantzukizun kolektibozko ereduaren ordez, bakoitzaren erantzukizun, ahalbide eta norbere konpetentzietan oinarritutako ikusmolde berriko Ongizate Estatu bat eraikitzen ari deneko garaiak bizi ditugu. Ongizatearen Estatua berregiten ari da, baina ez ezinbesteko eta neutro den modu batean.
Edozein izango dela ere emango den berreraldatzea, eztabaidak kontutan hartu beharreko datuak izango dira: demografiarenak, hala nola biztanleriaren zahartzea eta horrek dependentzian eta bizitza kalitatean dituen ondorioak, egitura sozialaren aldaketa, lan merkatuaren eraldaketa, genero ikuspegia kontutan hartu beharra kontratu sozial berria definitzerakoan, desberdintasunaren eta immigrazioaren kudeaketa, ingurugiroari buruzko mundua, eta hazkunde ekonomikoaren mugak.
Europako herrialde gehienetan, oraintxe bertan, eskaintzen ari diren ongizate murriztuaren ereduaren hautabide desberdinen berri jasoko du hitzaldiak. Indibidualismoari aurre eginaz, etikan oinarrituko den solidaritatearen eta elkarlanaren inguruko eztabaida planteatu behar da, beste behin.
RESUMEN CONFERENCIA:
El futuro del Estado del Bienestar en Europa:
Entre la reconstrucción del contrato social y el bienestar de todo a cien
Gorka Moreno Márquez
gorka.moreno@ehu.es
Universidad del País Vasco
Euskal Herriko Unibertsitatea
En la actualidad se está dando en la mayoría de Estados del Bienestar una cierta tendencia hacia la convergencia de los modelos, principalmente con base en la activación de las prestaciones sociales que subraya, entre otros, elementos como la empleabilidad, la responsabilidad individual de las personas perceptoras de prestaciones sociales y que incide en aspectos como una mayor coercitividad y condicionalidad de dichas prestaciones. Este modelo, basado en las Políticas Activas de Empleo, desplaza en parte algunos de los cimientos del Estado del Bienestar clásico, como por ejemplo la responsabilidad social hacia las personas con mayores dificultades, la solidaridad dentro de la comunidad política o la relación entre derechos y obligaciones dentro de las políticas públicas. Dentro de esta pauta es paradigmática la apuesta que se está realizando dentro del ámbito europeo por las Políticas Activas de Empleo o modelos como el de la flexiseguridad. Como puede pensarse, esta lógica no ha hecho más que intensificarse en los últimos años de crisis económica y financiera.
Como ya se ha apuntado, este modelo está incidiendo en la mayoría de ocasiones en una erosión del Estado del Bienestar y en una pérdida de la calidad y de la cobertura de gran parte de las políticas sociales que lógicamente, están haciendo que el grado de vulnerabilidad social de importantes colectivos y grupos sociales de nuestras sociedades hayan aumentado en los últimos años.
En un escenario como éste Europa tendrá que decidir si opta por esta visión del Estado del Bienestar, que entraña un modelo en el que cada vez más personas se descuelgan de la integración y de la cohesión social y en el que las políticas sociales van dando paso a respuestas parciales, limitadas y frecuentemente informales; o si por el contrario comienza a repensar un nuevo modelo de bienestar garantista y que pueda ofrecer unos mínimos de dignidad al conjunto de la población europea.
En este contexto, es necesario activar el debate en torno al Estado del Bienestar mediante propuestas y alternativas que refresquen y actualicen los cimientos del contrato social de la modernidad, ya que en la actualidad muestra una importante erosión. Dicho de otra forma, el Estado del Bienestar tal y como se ha entendido hasta la actualidad va a ser muy difícil de mantener, habrá que incluir reformas y elementos que incluyan muchos de los cambios que se están dando en la actualidad, pero sin que ello incida en una mayor precariedad de la ciudadanía social.
La otra opción es la del desarrollo de un modelo de bienestar a la baja, un modelo semejante al del consumo de todo a cien, en la que gran parte de la población se encuentre en situación de vulnerabilidad y precariedad social y en el que el bienestar social de las personas se garantice a través de políticas sociales de baja cobertura y calidad y prestaciones de carácter informal o directamente privadas.
En el momento actual quizás no podamos ser muy optimistas y parece que es esta segunda opción la que toma cada vez más fuerza en gran parte de los países de la Unión Europea. De cuál sea la respuesta en el futuro dependerán en gran parte elementos como la cohesión o la propia identidad europea, que tiene en el Estado del Bienestar un gran potencial vertebrador.